Quizás sea el azar el que lleve a una niña a nacer en Japón y a otra en Uganda. Que la gente se enferme y muera, en cualquier lugar del planeta, no es puro azar. Tampoco es la biología, dice un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) divulgado en Ginebra y que asegura que “las diferencias entre países, y dentro de un mismo país, son consecuencia del entorno social en que las personas nacen, viven, crecen, trabajan y envejecen”.
Desde 2005, una comisión interdisciplinaria de la OMS estudia cuáles son los determinantes sociales de la salud con la hipótesis de que el acceso a la educación, a los centros sanitarios, a la vivienda, al trabajo y al tiempo libre inciden sobre ella. “Cuanto más baja es la situación socioeconómica, peor es el estado de salud”, es una de sus conclusiones más resonantes.
“La inequidad sanitaria es una cuestión de vida o muerte”, dijo en la presentación Margaret Chan, presidenta de la comisión. Las conclusiones adjudican los problemas sanitarios a otro tipo de problemas: “La mala salud de los pobres y las grandes desigualdades sanitarias entre los países están provocadas por una distribución desigual, mundial y nacional, del poder, los ingresos, los bienes y los servicios, y por las injusticias que afectan la vida de la población: acceso a atención sanitaria, escolarización, educación, condiciones de trabajo y tiempo libre, vivienda, comunidades, pueblos o ciudades”.
Algunos de los factores que hacen la diferencia
Infraestructura: en el mundo se estima que hay 1,2 mil millones de personas –en su mayoría de países de bajos y medianos ingresos– que carecen de sistemas de agua potable. Facilitar el acceso al agua es esencial para la salud y clara responsabilidad del Estado, dice el informe de la OMS.
Raza: En los Estados Unidos se habrían evitado 886.202 muertes entre 1991 y 2000 si las tasas de mortalidad de blancos y afroamericanos se igualaran. La cifra contrasta con las 176.633 vidas salvadas en el mismo país y período por los adelantos médicos.
Aborígenes: La esperanza de vida de los aborígenes australianos varones es 17 años menor que la de cualquier otro varón australiano. La diferencia se repite en varios países, por eso se considera a los aborígenes entre las poblaciones más vulnerables.
Nivel socioeconómico: En el Reino Unido, la mortalidad de los adultos de los barrios más pobres multiplica por 2,5 veces la de los adultos de los barrios más acomodados.
Educación: El bebé de una mujer boliviana no instruida tiene una probabilidad de morir del 10%. El de una mujer que hizo la secundaria, el 0,4%.
Finanzas globales: Según el informe de la OMS, la globalización incrementa la hipermovilidad del flujo de capitales mundiales de manera que se puede tornar incontrolable para un solo tesoro o gobierno. Estos movimientos provocaron crisis como la de Argentina en 2001 o la de Asia en 1997 o la de México en 1994. Esas crisis tuvieron gran impacto en aspectos determinantes de la salud
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