Por Robert Frank
Los estudios sobre la riqueza y la felicidad están llenos de contradicciones. Durante mucho tiempo, los estudios mostraron que tener más dinero no traía más felicidad y que la felicidad dejaba de aumentar al alcanzar cierto nivel de ingresos o riqueza una vez que ciertas necesidades eran cubiertas.
El año pasado se conoció una investigación contraria que mostraba que una mayor riqueza, de hecho, hacía que la gente estuviera más satisfecha con su vida, incluso si aún padecían frustraciones diarias. Un nuevo estudio cofinanciado por la Fundación Gates, no obstante, describe a los ultra ricos como almas perdidas agobiadas por los miedos, las preocupaciones y las distorsiones familiares de tener mucho dinero.
De acuerdo a un artículo en la revista The Atlantic, "los encuestados resultaron estar insatisfechos en general. Para ellos, el dinero ha contribuido a causar profundas ansiedades relacionadas con el amor, el trabajo y la familia. De hecho, con frecuencia están descontentos incluso con sus fortunas de tamaño considerable. Muchos de ellos todavía no se consideran seguros financieramente; para eso, dicen, necesitarían en promedio una cuarta parte más de riqueza que la que actualmente poseen".
A los encuestados —120 personas con un patrimonio de US$25 millones o más— se les pidió que escribieran las respuestas a ciertas preguntas. Aquí están algunas de sus respuestas.
Respecto a envidiar la riqueza: "Si podemos lograr que la gente esté un poco más informada, para que así sepan que conseguir US$20 millones o US$200 millones no necesariamente les traerá todo lo que esperaban, entonces quizá en vez de en eso se concentrarían en cosas que harían del mundo un mejor lugar y podría ayudar a hacerlos realmente felices".
"Me siento extremadamente afortunado, pero es difícil lograr que los demás, los que no son ricos, crean que no tiene más importancia que eso… la novedad de tener dinero se ha disipado".
Respecto a por qué los pobres deberían ser felices: "Nadie tiene la excusa de 'la falta de dinero' por no estar en paz consigo mismo y vivir con honradez", escribe uno de los encuestados acerca de su familia, con un toque de amargura. "Si deciden vivir de otra manera, eso es asunto suyo".
Respecto al amor: Una madre escribe que los hombres en la vida de sus hijas podrían sentirse "impotentes", ya que "su papel como proveedor ha sido usurpado".
Respecto a los niños: El dinero "corre el peligro de darles una visión distorsionada del mundo". Otro añade: "El dinero podría estropearlos al darles la sensación de creerse con derechos y al impedirles desarrollar un fuerte sentido de empatía y compasión".
"Tratamos que nuestros hijos hagan tareas de hogar", se queja uno de los encuestados, pero es difícil hacerles cortar el césped cuando tienen "un jardinero casi a tiempo completo".
Respecto a los padres ricos y tacaños: "Crecí con un padre que nunca quiso ceder el control de su negocio, pero que constantemente me ilusionaba con la oportunidad de seguir sus pasos". Su esposa agrega: "Ha sido difícil sentirse financieramente independiente cuando los padres de [mi] cónyuge mantienen un estricto control sobre la herencia de [nuestros] hijos". \
¿Por qué los ricos no son más inteligentes?: Otras personas "glorifican la riqueza y creen que esto significa que los ricos son más inteligentes, más sabios, más 'bendecidos' o alguna tontería de este tipo".
Respecto a heredar algo: "La libertad económica puede producir ansiedad y dudas. En mi propia vida, me he sentido intimidado sobre mis capacidades porque he heredado dinero".
Respecto a la suerte: "Me tocó el premio gordo de la lotería al decidir trabajar para la compañía adecuada en el momento adecuado. Nunca he pensado que en modo alguno yo he ganado esta cantidad de riqueza. Sólo hasta ahora siento que estoy comenzando a entenderlo".
Sobre los amigos: "La riqueza puede ser una barrera para conectarse con otras personas", escribe la esposa de un genio tecnológico que ganó US$80 millones. "Sentir que no debería compartir algunos de los factores de estrés en mi vida ("Sí, ya me gustaría tener tus problemas"), incomodidad respecto a quién debe pagar en un restaurante".
Respecto a odiar las fiestas de fin de año: Robert A. Kenny, uno de los autores del estudio y socio de North Bridge Advisory Group, dice que los ricos temen las fiestas de fin de año "ya que se espera que siempre den muy buenos regalos".
Por supuesto, la encuesta, al igual que la mayoría de las encuestas sobre la riqueza, tiene un mensaje subyacente. La Fundación Gates y el Centro de Estudios sobre Riqueza y Filantropía de la Universidad de Boston, dirigido por Paul G. Schervish, se propusieron en parte alentar a los ricos a ser mejores y más efectivos filántropos. Mostrar las cargas que conlleva la riqueza ayuda a conseguir que los ricos den más.
"Creemos que la encuesta hará una contribución extraordinaria para ayudarnos a entender lo que impulsa a los donantes a dar y lo que necesitan para dar con eficacia", me dijo William Deich, subdirector de políticas públicas de la Fundación Gates, en 2007, cuando se anunció el estudio. (Apuntaron a más de 1.000 personas con un patrimonio de US$25 millones o más. Consiguieron a 120, demostrando que estudiar a los super-ricos puede ser el trabajo sociológico más difícil de todos).
De hecho, puede haber un montón de gente súper rica que es realmente más feliz debido a su riqueza y las libertades, elecciones y aventuras que les permite.
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