OTROVA GOMAS
Parece que que los editores de la revista Forbes siguen confundidos para determinar en qué consiste la auténtica riqueza. La famosa publicación americana, que cada año da una lista con los grandes dueños de fortuna alrededor del mundo, se volvió a pelar señalando a Billy Gates como el hombre más rico del planeta, incluso a pesar de que perdió veinte mil millones de dólares en los últimos cuatro meses.
A mi modo de ver, lo que tendría que valorar un analista especializado en curiosear la caja chica de sus semejantes no es la disponibilidad de dinero o de bienes convertibles que tengan los investigados; después de todo, cinco Rolls Royce, diez casas con piscina, obras de arte y bagatelas con diamantes las puede tener cualquier hijo de vecina con una gran idea o alguien que se cogió unos reales. Lo que hay que determinar es la manera como se ejerce el privilegio de ser extremadamente rico, o la posibilidad que se tiene de disponer sin límites de lo que sea y cuando a uno le provoque.
Si se toma el criterio que parece que aplica Forbes, sin duda que los jeques petroleros del Medio Oriente podrían encabezar la lista dejando como un pobre indigente al dueño de Microsoft, pero si usamos los otros dos criterios Venezuela puede decir con orgullo, o con vergüenza, que tenemos al hombre más rico del planeta.
No hablo de los dueños de la Polar ni de Cisneros, esas pocas cosas financieras, me refiero al Emperador de Por Vida, al Rey de Reyes, Vice Dios en ejercicio, Zar de Pdvsa y Padrecito Petrolero de América Latina, su majestad Hugo Chávez Frías I. No sólo por la masa de riquezas del país que tiene a su disposición de manera absoluta e irrestricta mayor que las de Arabia Saudita si le sumamos al petróleo la inmensa variedad de minerales, tierras y empresas privadas productivas que le gusten sino básicamente por la acumulación de privilegios que posee aunque todos los días diga que vive como pobre.
Para analizar el error de Forbes basta comparar el presupuesto de gastos mensuales que absorbe la presidencia de la república bolivariana con el de sus homólogos de cualquier país desarrollado, el de esos multimillonarios de pacotilla de treinta o cuarenta mil millones de dólares, o sumar lo que cuesta su avión privado, los viajes permanentes, las invitaciones a sus favoritos, los guardas privados, la alimentación sin precios regulados, los chefs, las viviendas y hoteles disponibles, vehículos blindados, líneas de dinero para regalar, comprar o callar opositores y las partidas secretas que tiene en Miraflores y todos los ministerios que posee.
Que yo recuerde, sólo Crasso en la Roma Imperial, Nicolás de Rusia, el Osmán Alí Khan Asaf Jah, del Estado principesco de Hierabade, y Adolfo Hitler cuando dominaba a Europa han tenido más riquezas disponibles sin control de nadie.
Lo triste es que esta fortuna se da en un país que cada día está mas pobre, y que el hombre más rico del mundo y sus amigos no pagan impuestos por ese nivel de vida.
Diario Tal Cual
A mi modo de ver, lo que tendría que valorar un analista especializado en curiosear la caja chica de sus semejantes no es la disponibilidad de dinero o de bienes convertibles que tengan los investigados; después de todo, cinco Rolls Royce, diez casas con piscina, obras de arte y bagatelas con diamantes las puede tener cualquier hijo de vecina con una gran idea o alguien que se cogió unos reales. Lo que hay que determinar es la manera como se ejerce el privilegio de ser extremadamente rico, o la posibilidad que se tiene de disponer sin límites de lo que sea y cuando a uno le provoque.
Si se toma el criterio que parece que aplica Forbes, sin duda que los jeques petroleros del Medio Oriente podrían encabezar la lista dejando como un pobre indigente al dueño de Microsoft, pero si usamos los otros dos criterios Venezuela puede decir con orgullo, o con vergüenza, que tenemos al hombre más rico del planeta.
No hablo de los dueños de la Polar ni de Cisneros, esas pocas cosas financieras, me refiero al Emperador de Por Vida, al Rey de Reyes, Vice Dios en ejercicio, Zar de Pdvsa y Padrecito Petrolero de América Latina, su majestad Hugo Chávez Frías I. No sólo por la masa de riquezas del país que tiene a su disposición de manera absoluta e irrestricta mayor que las de Arabia Saudita si le sumamos al petróleo la inmensa variedad de minerales, tierras y empresas privadas productivas que le gusten sino básicamente por la acumulación de privilegios que posee aunque todos los días diga que vive como pobre.
Para analizar el error de Forbes basta comparar el presupuesto de gastos mensuales que absorbe la presidencia de la república bolivariana con el de sus homólogos de cualquier país desarrollado, el de esos multimillonarios de pacotilla de treinta o cuarenta mil millones de dólares, o sumar lo que cuesta su avión privado, los viajes permanentes, las invitaciones a sus favoritos, los guardas privados, la alimentación sin precios regulados, los chefs, las viviendas y hoteles disponibles, vehículos blindados, líneas de dinero para regalar, comprar o callar opositores y las partidas secretas que tiene en Miraflores y todos los ministerios que posee.
Que yo recuerde, sólo Crasso en la Roma Imperial, Nicolás de Rusia, el Osmán Alí Khan Asaf Jah, del Estado principesco de Hierabade, y Adolfo Hitler cuando dominaba a Europa han tenido más riquezas disponibles sin control de nadie.
Lo triste es que esta fortuna se da en un país que cada día está mas pobre, y que el hombre más rico del mundo y sus amigos no pagan impuestos por ese nivel de vida.
Diario Tal Cual
1 comentario:
Y... ¿Quién es el más pobre del mundo, Otrovas? ¿Tu?
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