Ricos pero no empresarios
Domingo Alberto Rangel darangel@cantv.net
La revista "Courrier International" de París ha publicado un suplemento dedicado a los ricos del mundo. No es muy original la idea. Dos revistas yanquis "Fortune" y "Forbes" publican desde hace decenios sendas listas de las quinientas empresas o de los cien sujetos más poderosos o ricos de este "Valle de Lágrimas", como lo llama la Iglesia.
Figurar en la lista de las quinientas empresas más poderosas constituye hoy un galardón preciadísimo para cualquier gerente o, digámoslo en inglés, para cualquier Chairman of de Board. Aparecer en la lista de "Forbes" envanece al rico más pintado.
Sin embargo, la lista de "Le Courrier International" trae algunas novedades que piden la nota o glosa pertinente. Ante todo revela que en el Tercer Mundo hay ya empresarios de ambición o proyección universal. Para comprobarlo basta recorrer la lista que ofrece este suplemento de la revista francesa.
Muy destacado en la lista descuella un indio (hindú) de apellido Mital que se ha atrevido a \nlanzar una oferta pública de compra sobre las acciones de una de las empresas más poderosas del planeta en el reino de la siderúrgica: Arcelor de Luxemburgo. Dominada por intereses luxemburgueses, franceses y españoles, Arcelor es hoy la reina de la siderurgia europea. El señor Mital posee o controla varias plantas siderúrgicas en la India y en otros países asiáticos.
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En otros tiempos,hace unos cincuenta años,
los ricos de la India
destacaban y aparecían
en los registros de las fortunas
en escala internacional
por sus extravagancias
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En otros tiempos, hace unos cincuenta años, los ricos de la India destacaban y aparecían en los registros de las fortunas en escala internacional por sus extravagancias. Un maharajá que era dueño de cien elefantes y otro, más afortunado, a quien sus súbditos le entregaban cada año su peso en oro. Los maharajaes figuraban en la nómina de los ricos como extravagancia o como curiosidad. Ahora empiezan a figurar los hindúes por sus niveles de acumulación capitalista y por la intensidad de sus actividades en los campos más modernos de la economía.
Pocos latinoamericanos. Aparecen algunos sujetos de América Latina, entre ellos, un señor Vargas de Venezuela, dueño del quinto banco de este afortunado país. Pero aparece allí un poco todavía como figuraban sesenta años atrás los maharajaes de la India, por sus extravagancias. La verdad es que se siente uno en cierto modo defraudado porque este contraste entre los ricos nuestros y los de la India indica cuán atrasados somos todavía.
El rico hindú es un capitalista, especulador o emprendedor que compra empresas para dominar al mundo, el rico venezolano casa a una de sus hijas -según dice la publicación francesa con un príncipe español.
Yo espero que los ricos, que a la sombra de Chávez y con el presupuesto nacional como instrumento están multiplicando ahora sus fortunas, adquieran mañana grandes empresas internacionales. El día que Diosdado Cabello compre una siderúrgica en el Brasil, Edgard Hernández Beherens negocie una participación mayoritaria en un frigorífico argentino, o Ron ald Blanco La Cruz se haga dueño de una gran procesadora de café en Colombia, habrá que izar la bandera. Porque aunque seguirá resistiéndose la moral pública, tendremos una burguesía moderna. Dejarán de ser nuestros ricos unos encomenderos medioevales para transformarse en magnates up to date.
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