El primer ministro de Canadá, el presidente de EEUU, el de Rusia y el primer ministro italiano, durante una de las comidas de la Cumbre.
Madrid.- Los líderes de los países más poderosos están preocupados. La escalada del precio de los alimentos y del crudo está centrando la cumbre del G8 que se celebra estos días en Tokyo.
La pobreza en África, el envío de ayuda al continente o la escasez de alimentos centraron el debate de la primera jornada. Un debate que debió suponer un gran desgaste dado el festín gastronómico que se dieron los líderes de las grandes potencias mundiales.
Mientras las economías emergentes, formadas por Brasil, México, la India, China y Sudáfrica pedían a la ONU su intervención para paliar la crisis alimentaria, Bush, Merkel, Brown, Berlusconi, Sarkozy, Fukuda, Harper y Medvedev, con sus respectivas parejas, se daban una opípara cena formada por 19 platos.
Desde maíz con caviar hasta dados de atún con aguacate y gelatina de soja o almejas hervidas, pasando por salmón ahumado y erizos de mar. Así hasta casi 20 deliciosas creaciones con todo tipo de alimentos: gambas, ternera, verduras... Los mejores delicattessen para los más poderosos.
La crisis alimentaria presente durante toda la primera jornada de la cumbre pareció evaporarse a la hora de la cena. Con el nombre de'Bendiciones de la Tierra y del Mar', el menú preparado por los chefs japoneses encargados de alimentar a los líderes mundiales deleitó a sus comensales con los platos típicos de la isla de Hokkaido. El cocinero encargado de tal festín era Katushiro Namakura, el primer chef japonés en ganar una estrella Michelin.
El banquete que se dieron los líderes del G8 no ha sido del agrado de todos. Dominic Nutt, de la ONG 'Save de Children', ha sido uno de los más críticos con la actitud de los primeros ministros. "Es profundamente hipócrita que los líderes mundiales coman plato tras plato mientras hay una crisis alimentaria y millones de personas no tienen ni qué comer".
Asimismo, diversas organizaciones han exigido a los Estados del G8 que cumplan con sus promesas de ayuda al desarrollo hechas en 2005. Entonces, prometieron aumentar la ayuda a África a 50.000 millones de dólares al año hasta 2010.
Sin embargo, hasta ahora no han cumplido e incluso se teme que desdigan lo pactado. "Necesitamos desesperadamente más dinero y deben ser nuevos medios financieros", dijo Max Lawson de Oxfam. (ElMundo.es)
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1 comentario:
Y se puede saber cual es el problema? Despues de numerosas decadas de socialismo, reformas agrarias y economias de conuco el tercer mundo tiene que ir a pedir limosna a los grandes productores y por encima se arrechan que celebren sus triunfos con una buena papa.
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