En nuestro país tenemos el orgullo de contar con el Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, que es admirado y respetado por todos, no sólo por nosotros, los amantes de la música.
Los integrantes de estas orquestas habitan en diversas partes de Venezuela donde funcionan orquestas locales. Para entrar a sus conciertos hay que tener suerte, porque las entradas se agotan apenas los anuncian.
Algunos consideran que ser miembro de la orquestas es un paso muy importante en la carrera de los músicos sinfónicos de nuestro país.
Muchos de sus miembros han recibido apoyo para estudiar en prestigiosas escuelas y conservatorios en todo el mundo.
La insignia del Sistema es la Orquesta Sinfónica de la Juventud Venezolana a la que concurren los mejores músicos de las orquestas que existen en ciudades y pueblos.
El fundador del Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, el maestro José Antonio Abreu, siempre dice que lo que él ha desarrollado es en realidad una obra social para abrir caminos a los niños y jóvenes venezolanos. De hecho, el "Sistema" nació en 1975 con el nombre de Acción Social para la Música.
"Un millón de niños y 20 mil maestros". Esa es la meta de José Antonio Abreu para los próximos diez años al recibir la primera edición del Premio Frederick Stock, creado por la Orquesta Sinfónica de Chicago.
La clave del Sistema, dijo Abreu en una entrevista difundida por televisión, está en hacer que cada núcleo -la orquesta local- se convierta en una prolongación de la familia que llene el vacío afectivo que trae la pobreza.
Otra clave es la incorporación de los padres en los estudios musicales de sus hijos: "Que el niño vea que su trabajo tiene éxitos. Que toque desde el principio. Que el niño vea a su mamá feliz. Eso le trae autoestima".
La obra de José Antonio Abreu ha sido reconocida con numerosos premios internacionales. La Unesco otorgó en 1993 al sistema el Premio Internacional de la Música y en 1998 concedió al maestro Abreu el título de Embajador de Buena Voluntad para la Música y la Paz y a los jóvenes que forman parte del sistema de orquestas, el de Artistas por la Paz.
Además, Abreu fue designado por este organismo delegado especial de la Organización para el Desarrollo de Naciones Unidas para impulsar del Sistema Mundial de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles, misión que tiene como finalidad la promoción y difusión del modelo venezolano por todo el mundo.
Doctor honoris causa por el Conservatorio de Música de Nueva Inglaterra (Boston, 2002) y por las universidades Católica Andrés Bello y Nacional Experimental Francisco de Miranda, ambas de Venezuela, el maestro Abreu recibió en 2007 el Premio Don Juan de Borbón de la Música, en su segunda edición.
Los integrantes de estas orquestas habitan en diversas partes de Venezuela donde funcionan orquestas locales. Para entrar a sus conciertos hay que tener suerte, porque las entradas se agotan apenas los anuncian.
Algunos consideran que ser miembro de la orquestas es un paso muy importante en la carrera de los músicos sinfónicos de nuestro país.
Muchos de sus miembros han recibido apoyo para estudiar en prestigiosas escuelas y conservatorios en todo el mundo.
La insignia del Sistema es la Orquesta Sinfónica de la Juventud Venezolana a la que concurren los mejores músicos de las orquestas que existen en ciudades y pueblos.
El fundador del Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, el maestro José Antonio Abreu, siempre dice que lo que él ha desarrollado es en realidad una obra social para abrir caminos a los niños y jóvenes venezolanos. De hecho, el "Sistema" nació en 1975 con el nombre de Acción Social para la Música.
"Un millón de niños y 20 mil maestros". Esa es la meta de José Antonio Abreu para los próximos diez años al recibir la primera edición del Premio Frederick Stock, creado por la Orquesta Sinfónica de Chicago.
La clave del Sistema, dijo Abreu en una entrevista difundida por televisión, está en hacer que cada núcleo -la orquesta local- se convierta en una prolongación de la familia que llene el vacío afectivo que trae la pobreza.
Otra clave es la incorporación de los padres en los estudios musicales de sus hijos: "Que el niño vea que su trabajo tiene éxitos. Que toque desde el principio. Que el niño vea a su mamá feliz. Eso le trae autoestima".
La obra de José Antonio Abreu ha sido reconocida con numerosos premios internacionales. La Unesco otorgó en 1993 al sistema el Premio Internacional de la Música y en 1998 concedió al maestro Abreu el título de Embajador de Buena Voluntad para la Música y la Paz y a los jóvenes que forman parte del sistema de orquestas, el de Artistas por la Paz.
Además, Abreu fue designado por este organismo delegado especial de la Organización para el Desarrollo de Naciones Unidas para impulsar del Sistema Mundial de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles, misión que tiene como finalidad la promoción y difusión del modelo venezolano por todo el mundo.
Doctor honoris causa por el Conservatorio de Música de Nueva Inglaterra (Boston, 2002) y por las universidades Católica Andrés Bello y Nacional Experimental Francisco de Miranda, ambas de Venezuela, el maestro Abreu recibió en 2007 el Premio Don Juan de Borbón de la Música, en su segunda edición.
1 comentario:
Hola, soy francés y lei un articulo sobre esa experiencia y historia del senor Abreu et de su escuela. Me parece muy inteligente la idea. Queria saber si uno de ustedes me podrian decir si se sabe de criticas, criticas negativas a proposito de la accion de aquel senor Abreu y de su escuela. Gracias por sus commentarios si hay
Alex
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