Andrés Cañizález
El Universal
Este gobierno tiene una obsesión por los números, como si éstos pudieran sustituir la realidad
Hay un número mayor de personas con un ingreso suficiente para alimentarse, pero debe tenerse cuidado con esta afirmación pues ni cercanamente significa que dejaron de ser pobres”. Tal afirmación corresponde al académico mexicano Salomón Chertorivski, experto en política social, y cobra vigencia meridiana. Como es sabido, el Instituto Nacional de Estadística (INE), de Venezuela, de forma oronda se asegura que hay menos pobres. Éste, como todos los gobiernos, tiene una obsesión por los números, como si una cifra estadística pudiera sustituir a la realidad.
Hay un número mayor de personas con un ingreso suficiente para alimentarse, pero debe tenerse cuidado con esta afirmación pues ni cercanamente significa que dejaron de ser pobres”. Tal afirmación corresponde al académico mexicano Salomón Chertorivski, experto en política social, y cobra vigencia meridiana. Como es sabido, el Instituto Nacional de Estadística (INE), de Venezuela, de forma oronda se asegura que hay menos pobres. Éste, como todos los gobiernos, tiene una obsesión por los números, como si una cifra estadística pudiera sustituir a la realidad.
En nuestro caso, es necesario conocer con exactitud cuál es la metodología a la que apeló el INE para lograr la fantástica reducción de la pobreza que nos viene presentando. Volviendo al caso de México. Chertorivski nos recuerda que en ese país se produjo un debate a inicios de este década en torno a cómo debería medirse la pobreza. La Secretaría de Desarrollo Social para hacer frente a la falencia, pues el gobierno central carecía de una metodología apropiada, convocó a siete reconocidos académicos para conformar el Comité Técnico para la Medición de la Pobreza en México. Tal equipo, en el lapso 2002-2004, diseñó un método.
El objetivo era claro, el ministerio mexicano deseaba contar con una metodología lo suficientemente debatida, y también aceptada, que permitiera mirar el problema de la pobreza a lo largo del tiempo, y por tanto hacer comparaciones confiables. Se trataba de dar con un parámetro oficial en tan delicado tema, que aquí y en todas partes es motivo de manipulaciones políticas, especialmente en tiempos electorales.
El objetivo era claro, el ministerio mexicano deseaba contar con una metodología lo suficientemente debatida, y también aceptada, que permitiera mirar el problema de la pobreza a lo largo del tiempo, y por tanto hacer comparaciones confiables. Se trataba de dar con un parámetro oficial en tan delicado tema, que aquí y en todas partes es motivo de manipulaciones políticas, especialmente en tiempos electorales.
Expertos mexicanos configuraron un método que coloca tres niveles para agrupar a la población pobre de su país. Tal categorización persigue ser una herramienta que usen los gobiernos para la posterior ejecución de políticas públicas, según las necesidades detectadas: pobreza alimentaria, pobreza de capacidades y pobreza de patrimonio.
Chertorivski coloca en debate aspectos que tienen resonancia en Venezuela. Este académico recuerda que efectivamente hubo una mejor distribución de los programas sociales en México a partir de la transición política que se iniciara con la llegada al poder de Vicente Fox en 2000. Pero tal mejoría, que se expresó en materia de ingreso y por tanto repercutió positivamente en la alimentación, no puede presentarse como menor pobreza.
Chertorivski coloca en debate aspectos que tienen resonancia en Venezuela. Este académico recuerda que efectivamente hubo una mejor distribución de los programas sociales en México a partir de la transición política que se iniciara con la llegada al poder de Vicente Fox en 2000. Pero tal mejoría, que se expresó en materia de ingreso y por tanto repercutió positivamente en la alimentación, no puede presentarse como menor pobreza.
En Venezuela, aún es prematuro determinar la reducción de la pobreza, en porcentajes tan importantes como los que señala el INE, y sin explicar con exactitud el origen de tal transformación socioeconómica. Y cabe apelar a lo señalado por Federico Reyes Heroles, a propósito del caso mexicano, “tal ha sido el manoseo político de cifras y resultados que el ciudadano termina no sólo por dudar sino por descreer”.
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