15.11.05

Crece la brecha en Francia


Los disturbios que conmueven a Francia han dejado dramáticamente en evidencia las profundas divisiones de su sociedad, con hijos de inmigrantes en agobiantes ciudades dormitorio y franceses adinerados en los barrios prósperos.

Según una investigación del periódico "Le Monde", es cada vez mayor la brecha entre las comunidades ricas y las pobres, que en un esquema de solidaridad regional compensan sus desigualdades con transferencias financieras para los menos favorecidos. Pero las nuevas bases de cálculo para los ingresos municipales y la reforma del impuesto a las ventas en 1999 fueron utilizadas para reducir los aportes solidarios.

Un ejemplo es el próspero suburbio Neuilly-sur-Seine, en el oeste de París, del que el ministro del Interior Nicolas Sarkozy es alcalde desde 1983. En 2005, Neuilly pagó tres millones de euros (3,5 millones de dólares), después de aportar seis millones de euros en los años anteriores. Puteaux, en el oeste suburbano, dejó en el fondo solidario 20 millones de euros en 2004, que se redujeron a 14 millones al año siguiente.

"Ile-de-France, donde comenzaron los disturbios hace más de dos semanas, es una de las regiones más ricas de toda Europa, pero al mismo tiempo ahí están cinco de las comunidades más pobres de Francia", dice el presidente de la asociación de ciudades de la región de Seine-Saint-Denis, Patrick Braouezec. Uno de los problemas para las comunidades con dificultades financieras es la reducción del número de policías. "En los últimos tres años me retiraron 20 agentes de policía que no fueron reemplazados", se queja el izquierdista Alain Calmat, alcalde de Livry-Gargan.

Clichy-sous-Bois, donde el 27 de octubre se incendió el primer automóvil, tiene 28.000 habitantes pero ninguna comisaría, en contraste con la vecina comunidad de Le Raincy, mucho más tranquila y de sólo 15.000 habitantes. Quizás tenga algo que ver que el alcalde de Le Raincy, Eric Raoult, es un cercano amigo del ministro Sarkozy. Los estallidos de violencia han devuelto la miseria social a la conciencia de los políticos, opina el sociólogo Emmanuel Todd. Pero los gobernantes pueden convivir con ella. "En los peldaños superiores de la escalera social la brecha entre ricos y pobres se tolera bien, incluso teniendo una conciencia social". Sin embargo, Todd es optimista: "Los excluidos del sistema social han obligado a un gobierno conservador a reasignar a los barrios problemáticos fondos que habían sido cancelados".

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