28.11.05

El qué dirán


Érase una vez un viejo que tenía un burro al que quería vender. Un día él y su hijo, y el burro por supuesto, fueron al mercado.

Alguien les increpó por el camino: "Que tontos sois, puesto que vais andando teniendo un burro".

El padre dijo: "Es verdad, ya que tenemos un burro, usémoslo mientras podamos". Se subió en él y su hijo agarró el ramal para seguir el camino.

"¿No te da vergüenza, viejo?", le dijo alguien. "Tú en burro mientras tu hijo tiene que caminar".

El anciano se sonrojó, se bajó del burro y dijo a su hijo: "Móntate un rato y yo sujetaré el ramal".

A continuación se encontraron con unas señoras que venían del mercado: "¿No te da vergüenza?. Un joven como tú montando en burro mientras tu anciano padre va andando".

La cara del joven se puso tan roja como la de su padre momentos antes. "Las señoras tienen razón, padre. Yo no debería ir descansando mientras tu caminas".

"¿Por qué no nos montamos los dos?", dijo el viejo. El burro siguió con los dos hombres sobre él.

"¿No os da vergüenza?", gritaron unos hombres que recogían heno en un campo cercano. "Dos adultos encima de un pobre burro. ¿Cómo podéis ser tan crueles?".

El viejo y su hijo se bajaron rápidamente.

"Ya sé lo que podemos hacer", dijo el joven. "En lugar de que el burro nos lleve, nosotros llevaremos al burro".

Los hombres fueron recibidos a carcajadas de burla mientras se esforzaban en llegar al mercado llevando al burro sobre sus hombros.

"Fíjate, dos hombres llevando un burro, cuando el burro está hecho para llevarlos a ellos", gritaba la gente a coro.

"Por intentar dar gusto a todos, dijo el viejo, no hemos agradado a nadie. En el futuro seremos nosotros los primeros en agradarnos".

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