3.12.06

Voto rico, voto pobre

Las clases pudientes apuestan por el candidato democratasocial y los más desfavorecidos se conforman con otros seis años de chavismo, dice corresponsal M.M. Cascante el diario español Ideal (Almería).

Cuando se entra en Venezuela por el aeropuerto internacional de Maiquetía, sorprende encontrarse con una terminal moderna y luminosa. Y, tras pasar la aduana en este país cuyo mandatario ha hecho bandera del antiimperialismo «gringo», ser recibido por un 'Subway', cadena estadounidense de comida rápida.


Después se entra en el parque temático bolivariano. Rodeado por cerros donde se hacinan miles de ranchitos (chabolas), inmensos cartelones con la figura de Hugo Chávez le anuncian que hay una revolución en marcha y un caudillo que la lidera. Para llegar a Caracas deberá utilizar la 'trocha', una vía de dos carriles (con un solo sentido en horas punta) en un viaje que puede demorarse cuatro horas.


País de contrastes


Venezuela es un país de contrastes y contradicciones. El alto precio del petróleo le ha permitido recibir más de 280.000 millones de euros de renta petrolera en los últimos ocho años. Pero su repercusión en la ciudadanía no salta a la vista. Y las estadísticas, como las encuestas de intención de voto para las elecciones de hoy, son dispares e, incluso, contrapuestas.

Según la Universidad Católica Andrés Bello en el país hay 8,3 millones de pobres (31,3%) y otros ocho millones viven en la inmundicia. Hoy hay un 1,7% de pobres menos que en 1998, cuando Chávez ganó sus primeras elecciones, pero un 7% más de pobres de solemnidad. Ése el vivero de votos que, casi con seguridad, le permitirán al paracaidista de Sabaneta permanecer en el Palacio de Miraflores el próximo sexenio. La única duda es la diferencia que logrará sobre el principal opositor, Manuel Rosales.

Chacao

A pocos kilómetros, en Chacao, uno de los 4 municipios de Caracas, todo es diferente. Sector de clase media-alta, con la mayor tasa de recaudación impositiva del Gran Caracas, su administración está en manos del opositor Leopoldo López. En sus lujosos centros comerciales menudean las boutiques más refinadas, y por sus pasillos deambulan los bellos cachorros del núcleo duro de la oposición, los «escuálidos».

Los números revelan un desbarajuste en la gestión pública. En 1998, el 20% más favorecido de la población acumulaba el 50,7%, mientras que el 20% más pobre se conformaba con el 4,4 %. En 2005, los primeros conservaban el 52,5% y los sectores más vulnerables se repartían el 3,7%.

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