En su artículo Mercado y socialismo del siglo XXI, Francisco Umpiérrez señala:
El 16 de septiembre del año en curso Rebelión publicó un artículo de Víctor Flores Olea titulado “China: ¿Socialismo de mercado?”, donde critica el socialismo de mercado, el consumismo y el mercantilismo en general; y defiende una sociedad socialista con una planificación de su economía con los siguientes rasgos: democrática, radical y abarcadora. No estoy nada de acuerdo con la concepción de Víctor Flores. De manera que expondré punto por punto esos desacuerdos.
Socialismo pobre y socialismo rico
Según parece Víctor Flores formuló a unos jóvenes chinos que trabajaban en el sector servicio la siguiente pregunta: ¿Piensan que China es un país socialista o capitalista? Y le contestaron que esa pregunta pertenecía al pasado. Respuesta que disgustó a Víctor Flores.
Después les formuló una segunda pregunta: ¿viven ahora mejor que antes y más felices? Y esta fue la respuesta: “ahora lo pasamos mejor que nuestros padres, puesto que en el pasado trabajaban 12 horas diarias, tenían salarios muy reducidos, no había grandes tiendas para comprar, y la vida era demasiado modesta y tradicional”.
Aunque es tradicional en la izquierda decir que hay que escuchar a las masas, en verdad no se les escucha si lo que dicen va en contra de lo que el intelectual de turno de izquierda piensa.
Está claro lo que dicen esos jóvenes. Quieren disfrutar de la vida, quieran grandes tiendas donde comprar, quieran trabajar menos horas y quieren hacer una vida más rica y moderna. Deng Xiaoping, que era ejemplar en cuanto estilo de vida asceta, comprendió que el socialismo que se había construido hasta el momento en China era un socialismo pobre. De ahí que promoviera reformas económicas para que China se convirtiera en una sociedad socialista rica.
¿Quiénes son los creadores de la riqueza? Los trabajadores. Pues en razón son ellos quienes tienen que disfrutar de la misma. ¿Qué joven proletario del mundo no ha pensado en la forma de enriquecerse para que sus padres puedan disfrutar de la vida? ¿Tiene sentido preguntarse si esto es capitalismo o socialismo? Por supuesto que no tiene sentido.
El único sentido que tiene es que todo el mundo quiere ser feliz. Y para ser feliz hay que tener dinero. Y el dinero está para gastarse: para comprarse una buena casa, tener un buen coche, comer los fines de semana en un buen restaurante y disfrutar de unas buenas vacaciones. La riqueza está para disfrutarla. Y deben disfrutarla sus creadores: los trabajadores. El socialismo no es ascetismo.
¿Cómo queremos atraer a la juventud para la causa socialista si le prometemos un socialismo austero y pobre? De ningún modo.
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