8.2.09

Los países más pobres ya padecen hambruna

Josette Seeran es directa y vehemente. "La gente piensa que la crisis alimentaria provocada en 2007 por la subida de los precios de los alimentos ha terminado, pero no es así; la hay, y ahora más, agravada por la crisis financiera. Muchos países pobres pedían préstamos a los bancos para comida y ahora los bancos no les prestan el dinero". Según Sheeran, ésta es una consecuencia directa que se está plasmando en hambruna para los más pobres.

Josette es la directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas.

Esta agencia de la ONU necesita más de cinco billones de dólares para llevar comida a unos 100 millones de personas en 77 de los países más pobres.

La gente piensa que la crisis alimentaria provocada en 2007 por la subida de los precios de los alimentos ha terminado, pero no es así; la hay, y ahora más, agravada por la crisis financiera. Muchos países pobres pedían préstamos a los bancos para comida y ahora los bancos no les prestan el dinero".

No lo digo yo sino ella. Josette sostiene que lo anterior trae como consecuencia hambruna para los más pobres que ya padecen algunos países.

"La economía de muchos países pobres depende de las remesas que les envían los inmigrantes; esto llega a representar el 25% del Producto Interior Bruto (PIB) en países como Nicaragua o Guatemala y hasta más del 40% en Tayikistán, donde hemos ayudado a miles de personas que se habían quedado sin nada por la falta de remesas. Quienes enviaban el dinero a la familia están ahora desempleados y las remesas han disminuido significativamente".

Con una crisis mundial que ellos no han provocado, los países no desarrollados se están llevando la peor parte: "El Banco Mundial prevé que la inversión externa en países en vías de desarrollo durante 2009 se reduzca a la mitad en comparación con el año 2007" (de un billón de dólares a tan solo 530.000 millones), explicó Sheeran.

Es necesario cubrir las necesidades principales para no abrir una brecha aún más grande entre ricos y pobres. "Con tan solo un 1% de lo que se ha propuesto dar en paquetes de rescate financiero y estímulo en los Estados Unidos y Europa, los países desarrollados podrían financiar todo el trabajo del PMA y marcar un hito en cuanto a la atención de otras necesidades alimentarias urgentes como, por ejemplo, dar de comer a los 59 millones de niños en edad escolar que padecen hambre y el establecimiento de un fondo de reserva para la adquisición y distribución de alimentos en las emergencias".

En un contexto en el que las economías más avanzadas se aprietan el cinturón, Sheeran espera que las colaboraciones con su agencia no sufran recortes. "El año pasado -apuntó- los países ricos hicieron su mayor aportación hasta la fecha, más de 30 millones de dólares; este año necesitamos que la ayuda se mantenga como sea".

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