En la Cumbre de las Américas, celebrada este año en Trinidad, el presidente de Costa Rica, Oscar Arias, Premio Nobel de la Paz, dijo la verdad que nadie quiere oir sobre pobres y ricos. Busqué el texto de uno de sus discursos y saqué frases y párrafos:
Hace 50 años, México era más rico que Portugal.
En 1950, un país como Brasil tenía un ingreso per cápita más elevado que el de Corea del Sur.
Hace 60 años, Honduras tenía más riqueza per cápita que Singapur, y hoy Singapur –en cuestión de 35 ó 40 años– es un país con $40.000 de ingreso anual por habitante.
Bueno, algo hicimos mal los latinoamericanos.. ¿Qué hicimos mal? No puedo enumerar todas las cosas que hemos hecho mal. Para comenzar, tenemos una escolaridad de 7 años. Esa es la
escolaridad promedio de América Latina y no es el caso de la mayoría de los países asiáticos.
Ciertamente no es el caso de países como Estados Unidos y Canadá, con la mejor educación del mundo, similar a la de los europeos. De cada 10 estudiantes que ingresan a la secundaria en América Latina, en algunos países solo uno termina esa secundaria. Hay países que tienen una mortalidad infantil de 50 niños por cada mil, cuando el promedio en los países asiáticos más avanzados es de 8, 9 ó 10.
Nosotros tenemos países donde la carga tributaria es del 12% del producto interno bruto, y no es responsabilidad de nadie, excepto la nuestra, que no le cobremos dinero a la gente más rica de nuestros países. Nadie tiene la culpa de eso, excepto nosotros mismos.
En 1950, cada ciudadano norteamericano era cuatro veces más rico que un ciudadano latinoamericano. Hoy en día, un ciudadano norteamericano es 10, 15 ó 20 veces más rico que un latinoamericano. Eso no es culpa de Estados Unidos, es culpa nuestra.
Es grotesco el sistema de valores del siglo XX, que parece ser el que estamos poniendo en práctica también en el siglo XXI; es un sistema de valores equivocado. Porque no puede ser que el mundo rico dedique 100.000 millones de dólares para aliviar la pobreza del 80% de la población del mundo –en un planeta que tiene 2.500 millones de seres humanos con un ingreso de $2 por día– y que gaste 13 veces más ($1.300.000.000.000) en armas y soldados.
No puede ser que América Latina se gaste $50.000 millones en armas y soldados. Yo me pregunto: ¿quién es el enemigo nuestro?
El enemigo nuestro, presidente Correa, de esa desigualdad que usted apunta con mucha razón, es la falta de educación; es el analfabetismo; es que no gastamos en la salud de nuestro pueblo; que no creamos la infraestructura necesaria, los caminos, las carreteras, los puertos, los aeropuertos; que no estamos dedicando los recursos necesarios para detener la degradación del medio ambiente; es la desigualdad que tenemos, que realmente nos avergüenza; es producto, entre muchas cosas, por supuesto, de que no estamos educando a nuestros hijos y a nuestras hijas.
En 1950, un país como Brasil tenía un ingreso per cápita más elevado que el de Corea del Sur.
Hace 60 años, Honduras tenía más riqueza per cápita que Singapur, y hoy Singapur –en cuestión de 35 ó 40 años– es un país con $40.000 de ingreso anual por habitante.
Bueno, algo hicimos mal los latinoamericanos.. ¿Qué hicimos mal? No puedo enumerar todas las cosas que hemos hecho mal. Para comenzar, tenemos una escolaridad de 7 años. Esa es la
escolaridad promedio de América Latina y no es el caso de la mayoría de los países asiáticos.
Ciertamente no es el caso de países como Estados Unidos y Canadá, con la mejor educación del mundo, similar a la de los europeos. De cada 10 estudiantes que ingresan a la secundaria en América Latina, en algunos países solo uno termina esa secundaria. Hay países que tienen una mortalidad infantil de 50 niños por cada mil, cuando el promedio en los países asiáticos más avanzados es de 8, 9 ó 10.
Nosotros tenemos países donde la carga tributaria es del 12% del producto interno bruto, y no es responsabilidad de nadie, excepto la nuestra, que no le cobremos dinero a la gente más rica de nuestros países. Nadie tiene la culpa de eso, excepto nosotros mismos.
En 1950, cada ciudadano norteamericano era cuatro veces más rico que un ciudadano latinoamericano. Hoy en día, un ciudadano norteamericano es 10, 15 ó 20 veces más rico que un latinoamericano. Eso no es culpa de Estados Unidos, es culpa nuestra.
Es grotesco el sistema de valores del siglo XX, que parece ser el que estamos poniendo en práctica también en el siglo XXI; es un sistema de valores equivocado. Porque no puede ser que el mundo rico dedique 100.000 millones de dólares para aliviar la pobreza del 80% de la población del mundo –en un planeta que tiene 2.500 millones de seres humanos con un ingreso de $2 por día– y que gaste 13 veces más ($1.300.000.000.000) en armas y soldados.
No puede ser que América Latina se gaste $50.000 millones en armas y soldados. Yo me pregunto: ¿quién es el enemigo nuestro?
El enemigo nuestro, presidente Correa, de esa desigualdad que usted apunta con mucha razón, es la falta de educación; es el analfabetismo; es que no gastamos en la salud de nuestro pueblo; que no creamos la infraestructura necesaria, los caminos, las carreteras, los puertos, los aeropuertos; que no estamos dedicando los recursos necesarios para detener la degradación del medio ambiente; es la desigualdad que tenemos, que realmente nos avergüenza; es producto, entre muchas cosas, por supuesto, de que no estamos educando a nuestros hijos y a nuestras hijas.
4 comentarios:
EL señor oscar arias tiene mucha razon en lo que dice porque los gobiernos estan gastando, o se supone que los hacen, en seguridad pero esos recursos no se notan. Hay que educar muy bien a los niños para que algun dia puedan ser buenas personas y no parar matando abogados como un presidente y haci lograremos cambiar al mundo, solo hay que empezar nosotros.
EL señor oscar arias tiene mucha razon en lo que dice porque los gobiernos estan gastando, o se supone que los hacen, en seguridad pero esos recursos no se notan. Hay que educar muy bien a los niños para que algun dia puedan ser buenas personas y no parar matando abogados como un presidente y haci lograremos cambiar al mundo, solo hay que empezar nosotros.
EL señor oscar arias tiene mucha razon en lo que dice porque los gobiernos estan gastando, o se supone que los hacen, en seguridad pero esos recursos no se notan. Hay que educar muy bien a los niños para que algun dia puedan ser buenas personas y no parar matando abogados como un presidente y haci lograremos cambiar al mundo, solo hay que empezar nosotros.
A mi me parece que el presidente Arias deberia de predicar con el ejemplo. Esta es la respuesta que yo escribi a su discurso en Trinidad. Ojala y la puedan leer. Saludos!!!
http://zonaroja.wordpress.com/2009/05/30/no-todos-hicimos-algo-malo-senor-presidente/
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