20.5.07

Los nuevos titanes de las bolsas

¿Quiénes son los nuevos titanes de los mercados? No son ni los bancos de inversión de Wall Street, ni los ambiciosos fondos del capital riesgo, ni los agresivos hedge funds. Los nuevos titanes del mercado global son los fondos de inversión soberanos propiedad de los países emergentes, como los recién creados en Rusia y China, o los más antiguos, como la Abu Dhabi Investment Authority o Temasek Holdings de Singapur.

Un nuevo estudio revela que esos fondos, cuyo capital procede de masivos superávit comercial (en China o Singapur) o de la venta de materias primas (petróleo en Kuwait, Rusia y otros países, cobre en Chile o diamantes en Botswana), están poco a poco abandonando su nicho de la deuda pública para aventurarse en la bolsa, la deuda empresarial, las materias primas o la inversión en fondos de capital riesgo.

La repercusión podría ser enorme, ya que se calcula que los fondos soberanos amasan alrededor de 1,5 billones de dólares. Ese capital es suficiente para comprar dos veces todas las empresas que cotizan en la bolsa española.


"En la última década, los países emergentes han girado en redondo: de ser deudores netos al extranjero, se han convertido en acreedores", dice Malan Rietveld, uno de los autores del estudio Gestión de la riqueza soberana [Soverign Wealth Management], publicado recientemente por Central Banking Publications, en Londres.


En el último signo de la tendencia a invertir en nuevos mercados, alejados del nicho de la deuda pública, Rusia anunció la semana pasada que su Fondo de Estabilización se dividirá en breve en dos: uno, con alrededor de 142.000 millones de dólares invertirá en deuda pública; otro, de 24.000 millones de dólares, invertirá en las bolsas internacionales.


El cambio ruso se produce poco después de que China anunciase recientemente que destinará una parte de sus 1,2 billones de dólares de reservas a un fondo soberano, que podría invertir en bolsa. Se especula que su tamaño ronde los 300.000 millones de dólares.

Hasta ahora, Pekín invertía en activos muy seguros, pero poco rentables; sobre todo deuda pública estadounidense.
"Estamos hoy en un mundo diferente, hablando desde el punto de vista financiero, del que estábamos acostumbrados", dice Lawrence Summers, un ex secretario del Tesoro de EEUU, y coautor del estudio.

"El sistema se diseño bajó la premisa de que el capital fluiría de los países ricos a los países pobres; desde las economías avanzadas a las emergentes [...] Hoy, estamos en la situación contraria".
Incluso los fondos soberanos con mayor tradición en inversión bursátil, como Temask de Singapur (creado en 1974) o la Kuwait Investment Authority (1960), están siendo ahora más agresivos. Temasek, por ejemplo, compró en 2006 el 11,5% de Standard Chartered, el banco británico.

Hace poco, el fondo de Qatar dejo temblando a muchos cuando adquirió por sorpresa casi un 15% de J Sainsbury, una de las principales cadenas de supermercados de Reino Unido, por 1.400 millones de libras. Y la Abu Dhabi Investment Authority también ha realizado grandes compras recientemente.
Dubai International Capital, uno de los fondos de inversión de Dubai Holding, que a su vez gestiona la inversión del emirato de Dubai, se convirtió el martes 1 de mayo en el uno de los mayores accionistas de HSBC, el banco británico, en una compra que sorprendió a la City de Londres.

Según Reuters, que cita datos de Dealogic, los gobiernos y los inversores particulares de Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y otros tres países productores de petróleo del Golfo Pérsico gastaron en 2005 y 2006 alrededor de 67.000 millones de dólares en compras de empresas extranjeras, más de tres veces lo que invirtieron durante los ocho años anteriores. Pero la tendencia a crear fondos soberanos que inviertan más allá de la deuda pública no es un hecho aislado de los países emergentes.

Noruega ha elevado en las últimas semanas el porcentaje máximo que su fondo de pensiones (cuyo capital procede del petróleo) invierte en bolsa del 40% al 60%.

Y España se plantea invertir en bolsa parte de los 40.000 millones de euros de la hucha de las pensiones.
¿Cuál será el impacto de estos nuevos titanes en los mercados? Y, sobre todo, ¿sus inversiones tendrán un carácter meramente financiero, buscando siempre la mayor rentabilidad a largo plazo con el menor riesgo, o también político? Muchos temen que el factor político cause problemas pronto.

Fuente: Blog de Javier Blas

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