Este año, la inflación ha pegado duro al bolsillo de la población más vulnerable, según Datanálisis.
Últimas Noticias recoge testimonios de la gente en la calle.
El consumo del estrato social E, que representa 44,2% de la población venezolana, era el que más se había recuperado en los últimos cinco años, pero desde finales de 2007 y en el primer trimestre del año que corre la cosa ha cambiado.
La inflación –a pesar de Mercal, Pdval y las misiones– le está pegando al bolsillo de la población de escasos recursos, que se ha visto en la necesidad de comenzar a hacer recortes importantes del presupuesto, el cual aseguran que no les rinde, por lo que ahora se están afincando en adquirir sólo lo más necesario.
Luis Vicente León, director de la firma Datanálisis, señaló que el estrato social E gasta en promedio 60% de sus ingresos en alimentación. “Los hogares con una cobertura alimentaria baja sólo consumen 75% de los bienes indispensables; los más vulnerables –E4 y E5– sólo consumen 30% de los productos básicos“.
80% de ingresos se van en alimentos
“80 % de nuestros ingresos se nos van en comida. Para ahorrar, mi esposo compra lo que puede en pacas: arroz, pasta, aceite y leche“. Ángel Martínez y Haydée García viven en La Trilla. Tienen tres niños pequeños. Ella hace tortas y teje pedrería; él es mecánico y pintor.
Ambos están sin empleo fijo: “Yo me rebusco con cualquier trabajito que salga por allí, tengo que traer real; logro levantar entre Bs. F 200 y Bs. F 300 semanales, pero eso no alcanza”, dice Ángel, quien indica que dos de los niños sufren de asma y deben comprarles medicamentos costosos.
Tratan de gastar lo menos posible en pasaje; no pagan luz. El otro gasto importante es la tarjeta del celular. “Antes les compraba a los niños zapatos, películas y juguetes, pero eso se acabó, todo ha subido”, acota Haydée.
“Casi todo lo gasto en comida”
Miriam Bolívar vive con su esposo y sus cuatro hijos en una humilde vivienda compartida del Guarataro.
“Nosotros vivimos arriba; mi cuñada –que es la dueña– vive en una de las plantas bajas, su sobrino y la esposa ocupan la otra planta baja”.
Ella no trabaja; el esposo labora en una distribuidora de helados, donde gana entre Bs. F 80 y Bs. F 100 diarios. Casi todos los ingresos del grupo familiar se destinan a la compra de alimentos. “Voy al mercado todos los días y gasto más o menos BsF 70 en cada compra, que generalmente es lo básico. Cuando los reales alcanzan, hago un mercado grande, de Bs. F 400″. Normalmente, hace la compra en el supermercado.
“La bodega Mercal que está cerca la cerraron porque la robaron. Voy a la bodega de la esquina sólo cuando necesito algo urgente, porque venden más caro“. El resto del presupuesto se les va en las cosas del colegio de los muchachos y lo que ellos necesiten: “No pagamos alquiler, ya que mi cuñada nos tiene prestada la casa”. “La situación había mejorado en los últimos años, podíamos darnos algunos gustos, pero este año está apretado. Por un lado agarro dinero y por el otro lo gasto. Compro sólo lo básico; pareciera que todo ha subido”. Asegura que el dinero no le alcanza. “Antes me rendía más”.
Vía Aristimuño Herrera & Asociados - Ultimas Noticias
El consumo del estrato social E, que representa 44,2% de la población venezolana, era el que más se había recuperado en los últimos cinco años, pero desde finales de 2007 y en el primer trimestre del año que corre la cosa ha cambiado.
La inflación –a pesar de Mercal, Pdval y las misiones– le está pegando al bolsillo de la población de escasos recursos, que se ha visto en la necesidad de comenzar a hacer recortes importantes del presupuesto, el cual aseguran que no les rinde, por lo que ahora se están afincando en adquirir sólo lo más necesario.
Luis Vicente León, director de la firma Datanálisis, señaló que el estrato social E gasta en promedio 60% de sus ingresos en alimentación. “Los hogares con una cobertura alimentaria baja sólo consumen 75% de los bienes indispensables; los más vulnerables –E4 y E5– sólo consumen 30% de los productos básicos“.
80% de ingresos se van en alimentos
“80 % de nuestros ingresos se nos van en comida. Para ahorrar, mi esposo compra lo que puede en pacas: arroz, pasta, aceite y leche“. Ángel Martínez y Haydée García viven en La Trilla. Tienen tres niños pequeños. Ella hace tortas y teje pedrería; él es mecánico y pintor.
Ambos están sin empleo fijo: “Yo me rebusco con cualquier trabajito que salga por allí, tengo que traer real; logro levantar entre Bs. F 200 y Bs. F 300 semanales, pero eso no alcanza”, dice Ángel, quien indica que dos de los niños sufren de asma y deben comprarles medicamentos costosos.
Tratan de gastar lo menos posible en pasaje; no pagan luz. El otro gasto importante es la tarjeta del celular. “Antes les compraba a los niños zapatos, películas y juguetes, pero eso se acabó, todo ha subido”, acota Haydée.
“Casi todo lo gasto en comida”
Miriam Bolívar vive con su esposo y sus cuatro hijos en una humilde vivienda compartida del Guarataro.
“Nosotros vivimos arriba; mi cuñada –que es la dueña– vive en una de las plantas bajas, su sobrino y la esposa ocupan la otra planta baja”.
Ella no trabaja; el esposo labora en una distribuidora de helados, donde gana entre Bs. F 80 y Bs. F 100 diarios. Casi todos los ingresos del grupo familiar se destinan a la compra de alimentos. “Voy al mercado todos los días y gasto más o menos BsF 70 en cada compra, que generalmente es lo básico. Cuando los reales alcanzan, hago un mercado grande, de Bs. F 400″. Normalmente, hace la compra en el supermercado.
“La bodega Mercal que está cerca la cerraron porque la robaron. Voy a la bodega de la esquina sólo cuando necesito algo urgente, porque venden más caro“. El resto del presupuesto se les va en las cosas del colegio de los muchachos y lo que ellos necesiten: “No pagamos alquiler, ya que mi cuñada nos tiene prestada la casa”. “La situación había mejorado en los últimos años, podíamos darnos algunos gustos, pero este año está apretado. Por un lado agarro dinero y por el otro lo gasto. Compro sólo lo básico; pareciera que todo ha subido”. Asegura que el dinero no le alcanza. “Antes me rendía más”.
Vía Aristimuño Herrera & Asociados - Ultimas Noticias
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