6.11.08

Obama aumentará la carga fiscal a los más ricos en favor de la clase media


El demócrata Barack Obama, ganador de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, prevé aumentar los impuestos a los más ricos para ayudar a la clase media y a los pequeños empresarios en un país al borde de la recesión. 

Durante su campaña, Obama alimentó las esperanzas de los estadounidenses al anunciar la creación de "cinco millones de nuevos empleos bien remunerados", mediante inversión en energía renovable y de "dos millones de puestos gracias a la reconstrucción de nuestras carreteras, escuelas y puentes en mal estado".

En lo inmediato, el Congreso, dominado por los demócratas, debe aprobar un plan de relanzamiento económico de unos 60.000 millones de dólares, para ayudar a los millones de estadounidenses que no pueden reembolsar sus créditos inmobiliarios. Si no se toman medidas, 7,3 millones de personas con viviendas no podrán pagar sus préstamos entre 2008 y 2010, mientras que 4,3 millones podrían perder su casa, según la firma Moody's Economy.com.

Una buena parte del plan, que prevé también facilidades de crédito para los Estados y comunidades locales, podría provenir del paquete de 700.000 millones de dólares aprobado en octubre por el Congreso para salvar el sistema financiero, cuya mitad ya fue dispuesta por el gobierno de George W. Bush.

A partir de la profundización de la crisis financiera a mediados de septiembre, Obama reforzó su programa económico, mientras repetía que él era el candidato de la clase media.

Dicho sector es la principal víctima de esta crisis que se inició hace un año en los mercados de créditos hipotecarios de riesgo, con la caída de los precios de los inmuebles, antes de provocar el desplome del consumo, financiado a crédito en Estados Unidos en función del valor de las viviendas.

También, la clase media fue la primera perjudicada por la ola de despidos de los últimos meses, que llevó al 6,1% el desempleo a finales de septiembre, su nivel más alto en cinco años.

La entrada en recesión de la primera potencia mundial se estima inevitable tras la contracción del producto interno bruto (PIB) en el tercer trimestre.

Para evitar una crisis prolongada, Obama quiere estimular el consumo, motor del PIB, al disminuir los impuestos de 95% de los asalariados. Para las pequeñas empresas, se prevé también un crédito a los impuestos de 3.000 dólares por cada empleo creado.

Con la intención de financiar todo nuevo gasto, Obama cuenta con llevar los impuestos para los altos ingresos (aquellos por encima de 250.000 dólares al año) al nivel del gobierno de Bill Clinton. En 30 años, "Estados Unidos se ha convertido en uno de los países más desiguales del mundo, con un 20% de la población que concentra la mitad de la riqueza nacional", indicó Max Wolff, profesor de economía de la New School de Nueva York.

Obama quiere también atender la asistencia de salud, toda vez que 46 millones de estadounidenses (de 300 millones) no cuentan con ella, al obligar a los empleadores a asegurar a sus asalariados o a contribuir con un fondo público.

"Obama tiene un enfoque típico (de los demócratas), de incremento de los gastos, disminución de los impuestos para la clase media, aumento para los más adinerados. Quiere reforzar el papel del Estado en la economía", señaló Edwin Truman, investigador del Instituto Peterson de estudios económicos. Pero "afrontamos una grave recesión con un déficit enorme, por lo que su capacidad de acción en términos de gastos o reducción de impuestos será muy limitada", advirtió Truman.

Debido a la caída de los precios del crudo a menos de la mitad después de haber alcanzado un récord de 147 dólares en julio, Obama debió renunciar a gravar las ganancias de los grupos petroleros.

Según el comité para un presupuesto federal responsable, la reducción de los impuestos prometida por Obama provocará que dejen de ingresar a las arcas del Estado unos 360.000 millones de dólares, mientras que los especialistas prevén un déficit de más de 1 billón para el año en curso.

No hay comentarios.: