19.11.08

Estados Unidos marcha hacia la deflación ... y la deflación es horrible

Alerta

Esta nota fue publicada por la agencia Reuters de este miércoles:
Washington, nov 19 (Reuters) - El desplome de los precios al consumidor en Estados Unidos en octubre y las escasas probabilidades de que el Congreso de ese país apruebe rápidamente un rescate para el sector automotor sacudieron a los mercados bursátiles el miércoles.

Las economías globales, en tanto, seguían luchando contra lo que el jefe del Banco Central Europeo llamó la peor crisis financiera desde la Segunda Guerra Mundial.

Estados Unidos registró el mes pasado una deflación del 1 por ciento, la mayor desaceleración en la historia, lo que reflejó la debilidad de la economía y reforzó la expectativa de una caída mayor si no se recupera la demanda nacional.
Estados Unidos parece deslizarse hacia la peligrosa vía de la deflación, según las estadísticas divulgadas este miércoles, que revelan en octubre una caída de los precios al consumo y de la construcción inmobiliaria sin precedentes.

Por un lado, el índice de precios al consumo retrocedió 1,0% en octubre, según cifras corregidas por variaciones estacionarias, un desempeño jamás visto desde la primera publicación de esta estadística en 1947.


Esta caída obedece principalmente a la baja de la cotización de las materias primas, con un precio al consumo de la energía que se hundió en octubre en 8,6% (esto de por sí un récord). Pero el índice de base, que excluye energía y alimentación también descendió (-0,1%), por primera vez en 25 años.

Por otro lado, la depresión del sector de la construcción se agravó, con la iniciación de obras de construcción de viviendas en 791.000 unidades en ritmo anual, su nivel más bajo desde enero de 1959. Una caída de 4,5% con respecto al mes precedente.

Las perspectivas también se muestran inquietantes, ya que solamente fueron otorgados 708.000 permisos de construcción en octubre (en ritmo anual), un 12,0% menos que el mes anterior. Es el menor nivel desde el inicio de la estadística, en enero de 1960.

El mes de octubre, signado por el agravamiento de la crisis financiera y la perspectiva de la elección presidencial estadounidense del 4 de noviembre, fue escenario de otro récord, la caída más pronunciada de las ventas minoristas (-2,8%).

Las cifras de empleo son igualmente catastróficas: 240.000 puestos de trabajo perdidos, y un desempleo de 6,5%, el más alto desde marzo de 1994.

Todos estos indicadores apuntan en la misma dirección: tras una desaceleración del crecimiento, Estados Unidos entró en recesión, lo que implica un revés para los precios.

¿Estará la economía dirigiéndose hacia la deflación, una situación en la que los precios se contraen a la par de la demanda? Esta situación, que se observó en Japón en la década de 1990, es la peor para un banco central, ya que sus esfuerzos para estimular el crecimiento son aniquilados por el rechazo de los actores económicos a consumir e invertir.

Los economistas se muestran divididos al respecto.

“Debemos preocuparnos por la deflación, en Estados Unidos, Europa, Japón, en el mundo entero (…) Una vez que caes en una trampa deflacionista, la política monetaria deja de ser eficaz”, afirmó el miércoles el economista Nouriel Roubini a la cadena Bloomberg News.

La tasa directriz de la FED se ubica en 1%, sin que el crédito haya dado señales de reanimación.

“La probabilidad es baja, a nuestro juicio. Por una parte, la transmisión de los precios de la energía y los precios a la importación hacia la inflación de base (que excluye energía y alimentación), retrocedió en las últimas dos décadas”, según Aaron Smith, de Economy.com, sitio web de la agencia Moody’s.

“Más importante, siempre que las previsiones inflacionarias no se salgan de control y la Reserva Federal no ponga fin demasiado rapidamente a su política flexible, la inflación debería prevalecer”, destacó. La inflación anualizada se mantuvo en octubre en 3,7%.

La mayor parte de los economistas están por el contrario de acuerdo en el remedio: según un sondeo del Wall Street Journal publicado el 13 de noviembre, 82% se muestra a favor de un plan de estímulo presupuestario en Estados Unidos.

ESPECIAL

¿Qué es la deflación?

Una deflación es una disminución generalizada y continuada del nivel general de precios de la economía. La deflación está generada casi siempre por una fuerte contracción de la demanda agregada; como consecuencia suele ir acompañada de fuerte desempleo.

El proceso deflcacionario es el siguiente: al reducirse los precios y por tanto los ingresos que obtienen las empresas por sus ventas, se produce una disminución de los beneficios, ya que se reduce la facturación, pero los costes no descienden en la misma medida debido a la rigidez a la baja de los salarios y de otros costes.

Esta reducción de los márgenes empresariales conlleva una disminución de la inversión y del empleo. La disminución del empleo reduce la masa salarial y, consecuentemente, la demanda de consumo; es decir, las ventas de las empresas inician una nueva espiral de menores ventas y un aumento de las pérdidas. 
Si hay algo que quiere evitar
cualquier gobierno de cualquier país
del mundo, es repetir lo que le pasó
a Japón de 1990 a 2005
A ello se une que la deflación hace que los consumidores pospongan sus compras, en espera de que los precios sigan bajando (expectativas de precios más bajos todavía) y las empresas reducen también sus inversiones.

Todos estos comportamientos generan una espiral que se autoalimenta de reducciones en la demanda agregada, caídas en el empleo, disminuciones los salarios, reducciones en el consumo y del crecimiento económico y nuevas bajadas en el nivel general de precios (deflación).

A ello se une que mientras en la deflación, las deudas que las empresas tienen contraídas con los bancos se mantienen constantes, es decir, mantienen su valor, sin embargo, al disminuir las ventas las empresas disponen de menos recursos para devolver esos créditos.

Es decir, en una deflación, las deudas que se deben a los bancos aumentan relativamente con respecto a la facturación creando serios problemas a las empresas deudoras y por ende al sistema financiero. Japón (1990-2005) presenta la historia de un país que se convirtió en ejemplo de estancamiento económico, deflación, parálisis política y crisis financiera. Si hay algo que quiere evitar cualquier gobierno de cualquier país del mundo, es repetir esa experiencia.

Fuente: Economy (Rafael Pampillón)


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