15.12.08

Los países pobres se fueron frustrados de la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático

Los países pobres se fueron de la conferencia sobre el clima con un regusto amargo
La Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático finalizó en la localidad polaca de Poznan con las naciones ricas en el punto de mira por haber rechazado impulsar las ayudas para proteger a los países pobres de inundaciones, sequías y devastadoras tormentas, fenómenos alentados por el cambio climático.

La frustración se extendió aunque los países industrializados desbloquearon el fondo de 60 millones de dólares para ayudar a mitigar el impacto del cambio climático, un intento de europeos - entre otros- de tender la mano a los países en vías de desarrollo.


La Unión Europea reconoce que se necesitan miles de millones para esta labor, pero las conversaciones que se prolongaron hasta la madrugada de hoy en la conferencia de Poznan sobre cómo iniciar el proceso no desembocaron en ninguna parte.

India, enojada, acusó a las naciones ricas de "insensibles, urdidoras de estrategias y obtusas". Subrayó además que las víctimas del cambio climático son los más pobres de entre los pobres.

"Tenemos que invertir mucha más energía en tender puentes para salvar la creciente distancia entre ambas partes", dijo el enviado de Ghana a la conferencia. Esta brecha "No es una buena señal para el futuro", añadió.

Las dos semanas de conversaciones en la conferencia apenas arrojaron avances en los asuntos más destacados, como los recortes en las emisiones de gases, a los que se responsabiliza del calentamiento global, en parte porque se espera a que Barack Obama asuma oficialmente la presidencia de Estados Unidos el 20 de enero.

Esta reunión, en la que se convocó a 189 naciones, forma parte del esfuerzo para lograr un acuerdo el próximo diciembre por el cual países ricos y pobres se comprometa a reducir los gases de efecto invernadero, especialmente las emisiones de CO2 que emiten los combustibles.

Pero el lenguaje emocional en la sesión final subrayó el desafío de incrementar la lucha contra el calentamiento global durante una fase de crisis económica, un tema que muchos oradores han tratado durante la conferencia.

Los delegados pasaron a última hora del viernes un esquema de trabajo que perfila un camino de intensas negociaciones durante todo el próximo año hasta la reunión en Copenhague en diciembre de 2009.

Los países industrializados rompieron el 'impasse' sobre el fondo para combatir el impacto del cambio climático al consentir que las naciones con menos recursos puedan procurar el dinero directamente, sin recurrir a la burocracia que acompaña la ayuda internacional.

El fondo financiará proyectos como diques marinos e iniciativas para detener desertificaciones.

Con las naciones en vías de desarrollo bajo presión para que accedan a recortar las emisiones de gases dañinos para el medio ambiente, la ayuda podría contribuir a una mejor negociación el año que viene sobre la lucha contra el cambio climático.

"Se trata de un gran logro", ensalzó el ministro polaco de Medio Ambiente, Maciej Nowicki, para quien lo conseguido durante la conferencia "establece la base de trabajo necesaria para un resultado más ambicioso en Copenhague".


El objetivo es consensuar un tratado de alcance mundial que sustituya al Protocolo de Kyoto, que expira en 2012.

Los grupos ecologistas centraron sus reclamaciones en la falta de dotación económica para las propuestas. Barry Coates, representante de la organización internacional Oxfam, lamentó que no se haya decidido incrementar los fondos en el futuro, algo que en su opinión se precisa con urgencia.

El ex presidente estadounidense Al Gore intervino también durante la conferencia para advertir que la supervivencia del ser humano está en juego a menos países ricos y pobres consigan superar sus diferencias.

Gore, distinguido en 2007 con el Nobel de la Paz por su campaña para combatir el cambio climático, fue uno de los oradores más aplaudidos, especialmente cuando evocó las intenciones del futuro presidente Obama de ir más allá de la política medioambiental del presidente estadounidense George W. Bush e implicar a Washington de forma "enérgica" en las negociaciones de la ONU sobre el tema.

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