7.12.08

Vuelve la pobreza a Islandia, o eso parece


Según Naciones Unidas y otras organizaciones que realizan mediciones sociales, a finales del 2007 Islandia (con sólo 300 mil habitantes) estaba entre los dos primeros lugares en indicadores como cobertura total en salud y educación; cero nivel de pobreza; ínfimo nivel de mortalidad infantil; amplios subsidios para desempleo (que prácticamente no existía, pues era del 1 por ciento); mayor expectativa de vida; bajos niveles de corrupción; amplia (casi excesiva) infraestructura de telecomunicaciones y vías, entre otras. 

Además, ese país cuenta con una de las tasas más altas de televisores y teléfonos por habitante en el mundo y un casi inexistente nivel de delincuencia.

Eso se llama riqueza.

Escribe el periodista especializado Holman Rodríguez que, en medio de tanta prosperidad, no lograron frenar la acelerada devaluación de su moneda -la corona-, ni controlar las altas tasas de interés y una deuda externa que se hizo inmanejable.

Ya se comienzan a ver desempleados, cuando apenas hace un año la cifra de desocupación no se medía en porcentajes, sino que era de apenas unas 100 personas.

La situación ha llegado a tal punto de crispación, que todos los sábados, "de manera muy organizada e ininterrumpida, cientos de personas protestan contra el Gobierno, cuando la gente no trabaja y puede disponer de tiempo para manifestarse", dijo la diplomática Sleima Turk.

La pobreza de Islandia

Según el periódico liberal de izquierda Wochenzeitung 168 óra, Islandia se verá obligada a cambiar radicalmente tras el colapso de los bancos y la caída del curso de las coronas. 
"A sus bancos se debe tanto el bienestar logrado hasta este momento en Islandia como la miseria actual del país ... 

Ahora hay que sacar del apuro a los islandeses, acostumbrados al bienestar. Ya se ha prestado una modesta ayuda inmediata por parte de los Bancos Nacionales de los vecinos Dinamarca y Noruega. 

También Rusia ha puesto a disposición de manera inesperada un crédito de cantidad sorprendentemente elevada [5.000 millones de dólares]. En definitiva acabará siendo el FMI el ancla de salvamento. ... 

En todo caso, los islandeses tendrán que conformarse con que el bienestar prestado por los bancos forma parte del pasado. Con ello les queda la pesca, el turismo y posiblemente el comercio. 

Es ligeramente probable que Islandia pase de haber sido el país más caro del occidente europeo a ser el más barato, adonde merezca la pena viajar para ir de compras."

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