Milton Friedman mostraba a través de la siguiente tabla las diferencias entre que el dinero gastado por uno mismo o si te lo gastan otros.
Cuando alguien gasta su dinero para sí mismo lo destina a maximizar su utilidad y adquiere lo que más precisa o desea.
Cuando alguien gasta su dinero en otra persona trata de maximizar su utilidad y la de aquel que lo recibe. Se trata de buscar un equilibrio. El caso típico de los regalos. Se trata de comprar algo que satisfaga al homenajeado pero también que encaje con los valores del regalante y con la imagen que quiera transmitir. Si sólo se tratara de maximizar la utilidad del receptor, no habría mejor solución que entregar el dinero directamente.
Cuando se trata de gastar el dinero de otros en uno mismo, la situación proporciona la maximización de la utilidad del receptor que es el decide el destino del gasto.
Cuando se trata de gastar el dinero de otros en unos terceros, los incentivos del gestor son muy limitados.
La ayuda al desarrollo gestionada por los gobiernos se encuadra entre las situaciones III y IV. Por una parte los políticos utilizan un dinero que no es suyo con destina a unos terceros. Ni tratan de minimizar el desembolso de los donantes porque les es indiferente el volumen de fondos captados, ni tratan de maximizar la utilidad de los potenciales beneficiarios de los fondos.
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