22.11.06

Muy pobres (brasileños)

El Programa Brasilero de Biodiesel es malo para los muy pobres en áreas rurales


Luiz Prado (*)

Exactamente como sucedió con el programa brasileño de etanol en el pasado, el Programa de Biodiesel del Brasil va a dañar – y no beneficiar – los pequeños agricultores en las regiones más pobres del país: el árido Nordeste. El programa se ha concebido de tal manera que dará como resultado – una vez más – una concentración masiva de riqueza y posesión de tierras en áreas rurales, con un nuevo éxodo a grandes ‘áreas urbanas, con formación y expansion de ‘favelas’.

Brasil está orgulloso de su programa de etanol. En sus primeras etapas se dijo que beneficiaría a los muy pobres y que las micro-destilerías se expanderían por todo el país. Esta última parte ha sido olvidada y el programa ha dado como resultados un extendida concentración de la riqueza y de la propiedad de la tierra, con olas de éxodo desde áreas rurales y aumentos significativos en trabajo temporal y poblaciones marginales en áreas urbanas.

La fuerzas del mercado hicieron simple para los dueños de grandes destilerías comprar pequeñas propiedades en sus vecindarios. Y ellos eran los únicos en posición de tener acceso a líneas de crédito y hacer grandes tratos con Petrobrás – la empresa estatal de petróleo a cargo de mezclar etanol y gasolina.

Además con precios garantizados por el gobierno, en muchos casos la frontera agrícola fué desplazada, creando costos de transporte adicionales para los perecibles – las asi llamadas externalidades, como a las agencias financieras les gusta nombrarlas, en vez de simplemente usar costo social, una expresión más apropiada. El transporte aumentó el consumo de combustible aumentando el precio del alimento. La seguridad del alimento entonces perdió su primera batalla contra la seguridad energética.

Vale la pena señalar que el programa complete fué concebido para proveer de combustible a los autos, no para los buses – el único modo de transporte colectivo en Brasil en ese tiempo; ni para camiones, de lejos el principal – si no el único, en muchas regiones – modo de transporte de mercancías en el país, donde los trenes son casi inexistentes (excepto para la exportación de hierro).

El programa de etanol no fue concebido en absoluto bajo el concepto de “energía renovable”, sino sólo para protejer el balance comercial de la primera crisis del petróleo. Nadie ha osado dar cifras sobre el costo social de tal iniciativa, que incluye altos subsidios para los muy ricos – el precio equivalente de un barril de etanol era tres veces más alto que el precio del petróleo.

Ahora es el turno del biodiesel. Como de costumbre la administración dice que beneficiará a los muy pobres, principalmente debido a la suspensión de impuestos para el biodiesel del aceite de ricino. Sin embargo, estas suspensions de impuestos están disponibles para las empresas que producen biodiesel del aceite de ricino y no para los pequeños agricultures que son los que proveen estas empresas con la material prima, y a pesar del hecho que casi todo el biodiesel en Brasil se producirá a partir de la soya.

La planta de ricino representan un fracción muy pequeña de la producción de los pequeños agricultores en las regiones áridas del Nordeste, la única más grande concentración de los extremadamente pobres en América Latina. En estas áreas, los pequeños agricultures son apenas capaces de producir frijoles y mandioca para su propia subsistencia mientras el ricino es un producto marginal que les trae muy poca – si alguna – entrada adicional.

Brasil alguna vez fué el productor mundial mayor de ricino, una posición que perdió frente a China e India debido a la falta de políticas públicas y asistencia técnica para el sector. El precio internacional del aceite de ricino en el Mercado internacional es al menos el doble del precio del biodiesel. Asi y todo, las administración insiste que los pequeños productores de ricino lograrán una entrada adicional produciendo ricino para la producción de biodiesel.

Pero quienes serán los que obtendrán el valor adicional? ¿ Los pequeños agricultores que producen la material prima o el gran tipo que produce el biodiesel para venderlo a Petrobras y otras empresas dsitribuidoras de combustible?

Estos pequeños agricultores en el árido Nordeste ¡viven en áreas sin acceso a electricidad, comunicaciones y ni siquiera caminos no pavimentados razonablemente aceptables!

A
proximadamente cuatro años atrás, un estudio multidisciplinario patrocinado por LaGuardia Foundation sugirió que el gobierno debería trabajar intensamente en la formación de cooperativas y asociaciones de pequeños agricultores de modo que ellos pudieran realmente ver el valor agregado de sus productos y obtener dinero por eso. También, sería el úico modo que no terminaran vendiendo sus tierras.

Ahora, hay grupos locales y extranjeros mirando la adquisición de grandes áreas en estas tierras – 10,000 hectáreas y más – que todavía valen casi nada debido a la escasez de lluvia y fuentes de agua en la region. Con la administración enfocándose en los realmente ricos – además de proveer bonos alimenticios y muy poca – si es que alguna – asistencia técnica a los muy pobres en el árido Nordeste, uno puede esperar que el éxodo de las zonas rurales comience muy pronto.
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Luiz Prado es un periodista y un economista con un PhD en Biología y Ecología Humana. Ha dedicado su vida a la proteccion ambiental y el desarrollo sustentable, con posiciones en el gobierno, grandes empresas consultoras, organizaciones financieras internacionales, y fondos de inversión privados. Es ahora un consultor independiente. Contactar en luiz.prado@wnetrj.com.br

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