Tierra de gigantes
Priscilla Murphy
Bienvenidos al mejor de los mundos. Ése es en el que vive el sector siderúrgico latinoamericano, que disfruta de una inédita bonanza simultánea entre la demanda local y la mundial. En ese contexto, las siderúrgicas de la región hasta pueden darse el lujo de calibrar sus exportaciones para aminorar los efectos del fortalecimento de las monedas locales y mantener su rentabilidad en alza. No siempre el mundo fue ideal. Al inicio de la década el sector vivió una crisis causada por los bajos precios y las distorsiones en el mercado mundial, incluyendo medidas proteccionistas por parte de Estados Unidos. Pero eso es pasado. Actualmente, las palabras “ciclo económico” son como una lengua arcaica para los diccionarios de la siderurgia. Hoy, parece infinito el aumento de la demanda china y la escalada de la producción mundial de acero. Al mismo tiempo, el crecimiento y la estabilidad de América Latina impulsaron un renacimiento de la construcción civil en la región y las grandes obras de infraestructura en algunos países. ¿Falta algo más? Los números parecen indicar que no. De 2000 a 2005, la producción de acero viene creciendo a una tasa del 6% anual. Sólo de 2003 a 2005 aumentó 17%. Es mucho comparado con el crecimiento promedio de 1,2% anual en el período que va desde 1970 hasta el 2000, según datos del International Iron and Steel Institute. La novedad es que los precios también se dispararon, lo que provocó que la producción, en valores, casi se duplicara entre 2003 y 2005, aproximándose a los US$ 800.000 millones. Con los bolsillos de las empresas llenos, el sector siderúrgico está viviendo una ola de consolidación sin precedentes. Y la ola llegó a su altura máxima en junio pasado cuando, después de cinco meses de negociaciones y la amenaza de una adquisición hostil, finalmente fue cerrado un acuerdo para la fusión de las dos mayores compañías siderúrgicas del mundo: Arcelor, con sede en Luxemburgo y un tercio de sus ingresos provenientes de Brasil, y Mittal, con sede en Holanda y controlada por el empresario indio Lakshmi Mittal. Manos de hierro El indio, el tercer hombre más rico del mundo, según la revista Forbes, con un patrimonio de US$ 25.000 millones, transformó su siderúrgica en la principal del mundo el año pasado con la compra de la estadounidense International Steel Group (ISG). Y ahora, por 23.900 millones de euros, se quedará con el 49,5% de la nueva Arcelor Mittal, que tendrá más de tres veces la producción de la japonesa Nippon Steel, su competidora más próxima. En Sudamérica, el impacto del negocio será indirecto. Aunque Arcelor (Nº 43) tenía registradas ventas líquidas de US$ 6.200 millones en Brasil, Mittal (Nº 204), todavía no operaba en América al sur de la Línea del Ecuador. El primer efecto causado tras la fusión fue la apreensión de los accionistas minoritarios de Arcelor en Brasil, cuyas operaciones en Belgo Mineira (Nº 62), Siderúrgica de Tubarão, CST (Nº 133) y Acesita fueron consolidadas el año pasado. Inicialmente, la oferta de Mittal era para adquirir el control absoluto de Arcelor, lo que exacerbó el sentimiento nacionalista europeo y atrajo la oposición del director presidente de la compañía europea, Guy Dollé, que dejará la firma y no participó del anuncio de la fusión en Luxemburgo en junio. En la nueva oferta, además de aumentar el precio, la familia Mittal acordó mantener su participación en el grupo limitada al 45%, “salvo algunas excepciones”, como la aprobación de la mayoría de los miembros independientes del Consejo de Administración. El cambio de planes, diseñado para ablandar el sentimiento nacionalista europeo, causó confusión en el mercado accionario brasileño, donde Arcelor es una compañía de capital abierto, y la ley obliga a las empresas listadas en bolsa a realizar una oferta de compra a los accionistas minoritarios en caso de cambios en el control de alguna de ellas. Mientras la matriz en Luxemburgo y Mittal estudian con sus abogados si tendrán que hacer la oferta a los minoritarios de la subsidiaria brasileña, la Comissão de Valores Mobiliários (CVM) de Brasil suspendió las negociaciones con los papeles de Arcelor brasileña en la Bolsa de Valores de São Paulo (Bovespa) a fines de junio, luego de oscilaciones violentas de precios que sucedieron al anuncio de la fusión. Grandes jugadores ¿Qué más pasará en Brasil? En el anuncio de la fusión, Lakshmi Mittal dijo que la nueva empresa quiere impulsar a Brasil como plataforma de exportación. ¿La razón? “Brasil tiene uno de los costos más competitivos para la producción de acero en el mundo”, dice Luiz Alberto Binz, analista de la corredora Generação Futuro. “Por eso tiene sentido ampliar la producción de semiacabados para la exportación a partir de Brasil.”
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