Luis Quintana escribió en El Universal un artículo muy interesante titulado ¿Cuáles ricos?
Indica que -se dice- que Venezuela está llena de ricos. Antes eran los de la Cuarta República y ahora tenemos sus camaradas de la Quinta ¿Pero -se pregunta- son ellos los verdaderos ricos?
En la sección de ricos, Quintana hace una clasificación:
1. Aquellos que heredaron fortunas pero por su ineptitud acabaron con ellas,
2. Aquellos que se afiliaban a los partidos de turno para conseguir contratos pero nunca con una ideología propia,
3. Otros que amasaron fortunas indebidamente: testaferros, políticos, presidentes, banqueros, empresarios,
4. Existen también aquellos que heredaron fortunas y que la supieron multiplicar, y por último
5. Los verdaderos ricos, que no teniendo nada, y con base a sudor y esfuerzo, supieron amasar y cuidar su patrimonio.
A Quintana le parecen dignos de admiración estos últimos. Y así lo escribe:
"Este último grupo realmente merece admiración. Son todos aquellos inmigrantes: portugueses, españoles, italianos, que salieron de sus países en guerra y llegaron a las costas de La Guaira como dice el dicho con una mano alante y otra atrás. Aquellos que no teniendo nada, ni en quién refugiarse, supieron superarse industrializando este país con panaderías, casa de festejos, caucheras, frigoríficos, industrias de calzado, construcción, entre otros, educando a sus hijos para trabajar y ser honestos.
Luego señala que la profesión más rentable en Venezuela es sin duda ser guisador.
"Al final nadie va preso y todos supuestamente siguen siendo hombres de bien".
Si en Venezuela se realizara una auditoría de la clase A y B como ocurre en Estados Unidos, por medio del IRS, Servicio Interno de Recaudación, más de la mitad de los llamados ricos de la 4ta. y mucho más los de la 5ta. no pudieran justificar sus estilos de vida y propiedades, media clase A y B estaría presa.
Dios quiera que a Venezuela le llegue el día en que sea manejada por personas como aquellos inmigrantes antes mencionados y que exista una vía judicial para penalizar con cárcel y trabajo forzoso a todos aquellos ladrones de turno.
La sentencia del autor es que "Chávez al final está en lo cierto:
Es malo ser rico cuando te lo robas".
Lea el artículo su versión original en El Universal Digital
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