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· Hay países muy pobres que tienen tasas de homicidios muy bajas y que viven en relativa paz a pesar de su escasez de recursos.
· En los barrios la vulnerabilidad es mayor porque hay más desprotección del Estado
Elsie Rosales, investigadora del Instituto de Ciencias Penales de la Universidad Central de Venezuela, indica que no fue sino hasta la década de los 80 cuando comenzaron a registrarse índices inquietantes de inseguridad que hoy son más que alarmantes en Venezuela.
“Hasta 1983-1985 no mostrábamos tasas de homicidio por 100 mil habitantes con valores tan significativos. A partir de ese momento esta tasa comienza a tener un ascenso muy considerable. El promedio mundial está en 9 por 100 mil habitantes, pero en Venezuela ha llegado a alcanzar a 45 personas por 100 mil habitantes”, refirió.
De lado y lado
Lo que ve Elsie Rosales es “una sociedad atrapada en medio de un fuego cruzado entre la acción del hampa y la violencia institucionalizada” que aplica el Estado para reprimir a los maleantes. “Como hay una sociedad verticalizada, con dificultad de acceso a los derechos, nos vamos a encontrar una serie de indicadores que dicen por qué surge la violencia delictiva, caracterizada por homicidios, lesiones, violaciones. Pero como no tienes una política pública penal, que es donde estaría la solución, la respuesta institucional es violenta”.
Y completó: “Cuando estamos hablando de control penal sobre el delito, estamos hablando de la administración de un tipo de violencia institucional que emana del Estado. Esa violencia sería legítima cuando el Estado la aplica a través de un debido proceso y llega a una solución justa. Esa restricción de los derechos se hace con legitimidad. El aparato policial debe existir para contribuir a la prevención del delito y cuidar a la gente. Pero si se distorsiona debido a la ausencia de institucionalización puede suceder lo que pasa en Venezuela: la desviación policial puede cobrar màs víctimas”.
-¿Cree que el problema de la violencia tiene raíces socioeconómicas?
-Yo no hablo sólo de condicionantes socioeconómicos. Los estudios sobre violencia delictiva muestran que no es la pobreza la generadora de violencia. Hay países muy pobres que tienen tasas de homicidios muy bajas y que viven en relativa paz a pesar de su escasez de recursos.
Sin embargo sí hay un componente de empobrecimiento. Es la pérdida de la calidad de vida. El problema está en la negación estructural de los derechos. En los barrios la vulnerabilidad es mayor porque hay más desprotección del Estado, más abandono, y una persona puede resultar víctima de un homicidio para quitarle unos zapatos. Ahí tú ves que hay aspectos vinculados que van más allá de un valor económico. Hay una desvalorización de la vida.
En los estudios de la seguridad ciudadana y de la violencia delictiva, son muchas las variables que se tienen que tomar en cuenta como un fenómeno complejo y no reducirlo a pocas variables porque tendríamos una visión reduccionista del fenómeno.
Fuente: Información completa en El Tiempo.com.ve
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